
Transformación de más de 2.000m² de terreno virgen en un espacio agroturístico completo, integrando zonas de descanso, restauración y elementos acuáticos para complementar las actividades con animales y mejorar la experiencia de las familias visitantes.
La granja llevaba años ofreciendo actividades para niños y visitas guiadas con avestruces, ciervos, caballos y ovejas, pero más allá de los cercados de animales, el terreno permanecía prácticamente virgen. Las familias que visitaban el recinto no disponían de zonas adecuadas para descansar, comer o simplemente disfrutar del entorno mientras los niños jugaban.
El propietario necesitaba transformar este espacio en bruto en un destino agroturístico completo que invitara a las familias a pasar el día entero. Esto implicaba crear infraestructuras de restauración, zonas verdes de calidad, elementos de interés visual y una circulación coherente entre las diferentes áreas, todo ello respetando el carácter rural del entorno y la convivencia con los animales.
El terreno presentaba desniveles importantes que debían resolverse para garantizar la accesibilidad, además de requerir un sistema de riego capaz de mantener grandes superficies de césped en el clima mediterráneo sin disparar los costes de agua.
Diseñamos un proyecto integral que transformó el terreno en un espacio multifuncional donde cada elemento tiene un propósito claro dentro de la experiencia del visitante.
El corazón del proyecto es una gran pérgola con cubierta de teja árabe que alberga la zona de bar y restauración. La estructura de madera tratada se integra naturalmente con el paisaje rural mientras proporciona sombra y protección para decenas de comensales. La barra de madera y el acceso a servicios completan una instalación pensada para el uso intensivo durante los fines de semana y eventos.
Para resolver el desnivel principal del terreno, construimos una escalinata monumental con baldosas de piedra volcánica que conecta la zona de aparcamiento con el área central. Los laterales se plantaron con bambú que aporta verticalidad y movimiento, creando un acceso escénico que prepara al visitante para la experiencia.
El estanque con cascada de piedra natural se convirtió en un punto focal donde los niños pueden observar los peces mientras los padres descansan en las zonas de césped circundantes. El sistema de cascada no es solo decorativo: forma parte de un circuito cerrado donde el agua de drenaje de todo el recinto se reaprovecha para alimentar los estanques, minimizando el consumo hídrico.
Las amplias praderas de césped se diseñaron como espacios polivalentes donde los niños pueden correr libremente y las familias extender sus mantas para picnic. El riego automatizado garantiza un verde impecable durante todo el año sin intervención manual.
La plantación combina especies mediterráneas de bajo mantenimiento con elementos de mayor impacto visual: magnolios que proporcionan sombra y flores espectaculares, masas de agapantos que florecen en verano, bergenias como tapizante perenne, y juníperos rastreros que estabilizan taludes mientras aportan textura.
Estructura de madera con cubierta de teja árabe, barra integrada y capacidad para múltiples mesas de grupos familiares
Acceso monumental que salva el desnivel principal con baldosas antideslizantes y plantación lateral de bambú
Elemento acuático con rocas naturales, peces y sistema de recirculación conectado al drenaje del recinto
Sistema programado que mantiene más de 2.000m² de zonas verdes sin intervención manual
Reaprovechamiento del agua de escorrentía para alimentar los estanques y reducir consumo
Magnolios, agapantos, bergenias y juníperos seleccionados por su adaptación al clima y bajo mantenimiento