
Transformación integral de 200m² en una comunidad de vecinos, solucionando problemas crónicos de erosión y mantenimiento mediante pavimento volcánico y vegetación de bajo consumo hídrico.
La comunidad de vecinos enfrentaba un problema persistente: cada vez que llovía, la tierra del jardín terminaba en la piscina. La pendiente pronunciada del terreno provocaba erosión constante, arrastrando sustrato y suciedad hacia el vaso de la piscina y obligando a limpiezas frecuentes..
El césped existente requería riego constante, siegas regulares y tratamientos periódicos que representaban un coste significativo para la comunidad. Además, el acceso alrededor de la piscina era incómodo e irregular, con losetas dispersas que no ofrecían una circulación funcional.
El mayor desafío técnico surgió durante el movimiento de tierras: el terreno estaba completamente invadido por raíces de los pinos maduros y la buganvilla perimetral, complicando significativamente la nivelación y extendiendo los plazos de excavación.
Diseñamos una intervención que resolvía simultáneamente los problemas de drenaje, accesibilidad y mantenimiento, respetando la vegetación existente y el carácter mediterráneo del espacio.
La clave fue crear una superficie pavimentada con losas de piedra volcánica que rodea completamente la piscina, estableciendo una pendiente controlada que dirige el agua hacia las zonas permeables del jardín en lugar de hacia la piscina. El sistema garantiza que toda el agua de lluvia se infiltre en el terreno, independientemente de la intensidad de las precipitaciones.
Para la transición entre el pavimento y la exuberante buganvilla perLa vegetación fue cuidadosamente seleccionada para complementar la estética y la funcionalidad del espacio. Se plantaron árboles de sombra, arbustos y plantas aromáticas que crecen con bajo consumo hídrico, como el romero, el tomillo y el enebro. Esta selección no solo añade color y textura, sino que también mejora la biodiversidad del jardín y reduce la necesidad de riego.imetral, instalamos un perfil de acero corten que actúa como separador limpio y duradero, conteniendo el sustrato de las plantaciones mientras aporta un acento visual contemporáneo.
La zona de césped tradicional fue sustituida por lipia, una tapizante mediterránea que una vez establecida prácticamente no requiere riego ni siega, reduciendo drásticamente las necesidades de mantenimiento de la comunidad.
Pavimento antideslizante y resistente que no requiere mantenimiento ni tratamientos periódicos
Pendiente controlada que elimina completamente el arrastre de tierra hacia la piscina
Separación elegante y duradera entre pavimento y vegetación perimetral
60m² de cobertura vegetal que requiere mínimo riego una vez adaptada al terreno
Integración de los pinos existentes con alcorques que permiten el riego natural
Acceso cómodo y seguro alrededor de toda la piscina comunitaria